lunes, 5 de enero de 2015

TAN GRANDES PERO SOLO PARA TI


Un territorio de habitantes frívolos reposaba en el centro del sol, sus sapos de verano hacían el espectáculo de temporada. Una sapita muy especial, blanca, baja y balanceada, allí estaba en el negocio de sus padres, ofreciendo vestido y elegancia. Sus grandes y curiosos ojos que saltaban de momento al mirar, despertaban el estilo principesco en los sapos machos sin dudar.

Francisco no dejó por inadvertido semejante don en esas luces tan divinas, dicha cara no se había visto pasar en la vida.

-¿Cómo te llamas?
-Belén

Varios, muchos, bastantes, intentaron croar;
croar como nunca, como no se había escuchado jamás.
Una Belén conquistada, es la dicha conseguida;
ser la contemplación de sus estrellas,
científico de sus luciérnagas.

-Mírame
-Ya te ME estoy mirando

En el lago miraba tanto su reflejo,
que perdía el rato cálido, el amor sincero;
Francisco hecho chisco chasco,
Por el esfuerzo cansado;
optó por constelación cambiar y admirar,
esperando Belén mudará de actuar,
el vacío de su ser debutara sin tardar.


Tiempo adelante los sapos de esa fiesta mudaron. Volaron a soñar; otros tantos volverán a regresar, pero el Francisco único que Belén hubiera podido alumbrar, se ha ido; por el momento demorará.

Por darte luz solo a ti, eres oscura;
Oportunidad desatendida,
retardo en tu despertar de conciencia,
a la realidad pura,
la realidad bella. Diligencia.

-He vuelto. ¿Cómo te llamas?
-Belén. Tú estrella.

No hay comentarios: