LAS ESPERANZADAS OREJAS SILENCIADAS

Se encontraban oreja de Perro y oreja Dumbo en un congreso de orejas, se preguntaban una a otra por qué eran diferentes si estaban unidas a una misma cabeza, el cuestionamiento les mataba las aspiraciones, puesto que oían absolutamente todo para hallar una respuesta. Sin embargo, con el tiempo el bombillo dador de luz no aparecía aún. Pasaron 9620 sonidos y nada. Finalmente alguien dio ON al switch de la luz, que sorpresa la de estos dos, sus vecinos eran su revelación, “vaya! ¡vaya!, estábamos todos los días en congresos de orejas y no habíamos notado que ni una cabeza tiene orejas iguales, ¡mira! ahí están, oreja de lobo, oreja peluda, oreja brillante, orecera, ¡uyyyyy!, un tocayo, un oreja de perro, ¿Qué más?”. –Comentaban-.

Después de varias platicas y hacer vida social, oreja Dumbo, que era una peculiar analítica oreja, lo entendió. “¡Eso es!, ya lo comprendo, por eso es que las cabezas repiten usualmente que lo que le entra por una oreja le sale por la otra, porque somos diferentes, ¡jaiiiiiii!, con razón esas palabras a cada rato, flacas y sin esperanza, algo tenemos que hacer”. –Gritó emocionado-.

Fue así como en consenso todas las orejas planearon su destino, dar esperanza a las cabezas. Dieron lo mejor de si y lo hicieron con todo el “tímpano”, en busca del sonido que entrara, pero que no saliera, esa verdad que los haría libres e iguales. ¡Hummmmmmm!, ni se diga, que no escucharon las orejas atentas a cualquier zumbido, pero nada. Todo entraba, pero en algún momento se salía, podía extraviarse, dar vueltas y tal vez volver a ingresar, pero lo escuchado volvía a escapar. De nuevo oreja Dumbo analizó, y como iluminado sugirió: “Si ya hemos escuchado todo, escuchemos lo no escuchado, … , el silencio”. La tarea empezó y el desarrollo de la nueva propuesta iba dibujándose bien.Las orejas, con seguridad, notaron como el silencio era lo único que entraba, y en verdad, permanecía sin volar. Todas las orejas utilizaron sus pabellones y tímpanos obligando a las cabezas a oír el silencio, ya que así, las bolas de bolos con pelo reflexionarían sobre su actuar y no actuar, que hace volver la esperanza a su hablar.