martes, 3 de marzo de 2009

SABE BIEN CON TODO

Deseo contarte algo, por favor, te lo ruego. Ponme cuidado.

Deseo hablarte, escucharte y decirte con calor y sangre,
del tesoro que he descubierto en una isla pirata.
No con joyas, no con papelitos verdes, no con eso……
sino con una luz imparable que en embestida paso por mi piel y sus poros,
llegó hasta los huesos rotos y los reconstruyo.

De un hombre viejo a un hombre nuevo me he convertido yo.

Por lo tanto, te suplico y te imploro, yo mantequilla y tu mermelada,
te juntes conmigo para pegarte un poquito de lo mió,
y tu a mi, otro tantito. Entonces, nuestros gustos no serán lo común,
empero, tal vez si, que los dos servimos en un pan rollo para untar.
Para hacer saborear y degustar a los demás.

Mantequilla y mermelada, juntos dos superhéroes,
incontenibles e invencibles,
mezclados como uno solo para otorgar un sabor especial
al fruto de la unificación, trigo, levadura, horno, y finalmente, …pan.

Espera!.......no es así, no solo la mantequilla pilla
y la mermelada calida, hacen enamorable a un pan.
Las galletas protestan ante el juez con naturalidad
por la violación de su Derecho Fundamental.
¿Cómo las van a dejar sin aderezo? Ehhhh, Ave María, faltaba más.

Yo juez de caricatura y cara dura si me hacen
poner berraco, a todo aquel que venga y me lo parle un ratito,
porque alguien me lo esta privando de ese placer mantequilla-mermelada,
yo lo defiendo camarada.

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